domingo, 23 de agosto de 2015

El abandono del arte en Palencia, el monumento funerario de la Huerta de Guadián.

Seguro que la mayoría conoceís el grupo escultórico que todos los que acceden al céntrico parque de la Huerta de Guadián pueden ver a mano derecha, desde su parte posterior. Si se avanza un poco más, es cuando ya se observa el monumento en todo su esplendor. Muchas veces se ha oído que las figuras que constituyen el mismo carecían de brazos como si de un estilo artístico se tratase. Sin embargo, la historia de este conjunto escultórico va mucho más allá, y tan sólo nos tenemos que fijar con detalle en él, porque como siempre sucede, las piedras hablan por sí mismas.
El monumento se trata realmente de una escultura funeraria trasladada desde el antiguo cementerio municipal, ubicado en lo que hoy en día es el parque de la Carcavilla, hasta la Huerta de Guadián.
Ya desde lejos al contemplar el monumeno llama la atención el abandono al que está sometido, donde debería haber césped tan solo hay tierra,desmejorando mucho la primera impresión visual que se tiene al contemplarle.

Si nos fijamos con un poco más de atención, vemos a simple vista como la base sobre la que se asienta el conjunto escultórico está dañada en diversas zonas, las cuales han sido remarcadas en la siguiente fotografía.
Y ahora ya sí comenzamos el análisis pormenorizado del estado del conjunto escultórico analizando cada una de las esulturas que le constituyen. En primer lugar, en la parte central del monumento, se observa una gran columna, en la cual se encuentra esculpido el rostro de una mujer.


Ya en esta zona se observan los daños que partes principales del conjunto escultórico poseen. En este primer caso su nariz está dañada faltando buena parte de ella, al igual que se aprecian daños en diferentes zonas de su rostro:
Continuamos el recorrido por la base de la escultura, y en su parte posterior lo primero que observamos es el escudo de la ciudad de Palencia.
El escudo se encuentra muy dañado faltando por completo uno de los castillos, parte de una de sus cruces y gran parte de la decoración externa del mismo:
 Al continuar observando el monumento desde su parte posterior, en su lado derecho, nos encontramos con un nuevo escudo:

 
En este caso no se aprecián daños en el interior de los motivos compositivos del escudo, pero sí en toda su zona externa. La figura del sol en su parte superior se encuentra dañada, al igual que los motivos decorativos del blasón exterior del mismo, y a su vez se aprecian daños en la zona superior que constituye la base del conjunto escultórico principal:


Regresamos a la parte frontal principal de la escultura, y a ambos lados de la columna central se observan dos figuras femeninas. Comenzamos a analizar el estado en el que se encuentra la situada en la parte izquierda, se trata de una mujer arrodillada la cual presenta daños de importancia, porque como se decía en un principio, no es que la escultura fuera diseñada sin brazos, sino que los brazos de la misma han desaparecido, se han arrancado. Esto se observa de manera muy clara cuando vemos la parte de la mano derecha que aun se conserva, y observamos como la fractura que presenta la misma es debida a un golpe. Si ahora nos fijamos en su brazo izquierdo, vemos como su brazo carece de mano, la misma de nuevo ha sido arrancada.


En la siguiente imagen se representa a grosso modo en línea roja las partes del cuerpo de esta primera figura femenina desaparecidas, desconociéndose si en su mano izquierda la misma podía sostener algo.



Continuamos analizando esta primera figura escultura femenina, y ahora la observamos desde su lado izquierdo, encontándonos lo siguiente:

En primer lugar se observan restos de pintura roja en su rostro, vamos a ver esa zona de la escultura desde más cerca:

Además de los restos de pintura, se observan de manera muy clara las grietas que aparecen en su brazo izquierdo y que alcanzan al antebrazo.

Si continuamos observando la escultura desde esa misma posición y seguimos descendiendo por la misma, esta vez nos encontramos de nuevo con más grietas que aparecen sobre los pliegos del ropaje de la misma:


También se observa la pérdida de un nuevo fragmento de la escultura:


Y al seguir descendiendo ya llegando a la plataforma sobre la que se asienta nos encontramos con más grietas y partes desprendidas:



En la siguiente fotografía aparecen los daños remarcados en rojo:


Para ir  terminando con esta primera escultura femenina vamos a observarla desde su lado derecho, con la Huerta de Guadián como telón de fondo.



Desde este ángulo se aprecian clarísimamente los importantes daños que sufre la escultura:


En primer plano se observan las grietas en su antebrazo izquierdo, contemplándose a la perfección el orificio en el que iba la varilla metálica que servía para entrelazar la mano izquierda con la muñeca, y se observa el daño que la escultura presenta en la parte del cabello situado sobre su frente:



Y para finalizar con esta pieza escultórica la contemplamos desde su parte posterior, donde se observan restos de pintadas en color azul sobre ella:



Tras analizar el estado de esta primera escultura, ahora nos centramos en la segunda escultura femenina que forma parte de la composición escultórica, la situada en la parte derecha de la columna central, que se encuentra en posición erguida.



A simple vista ya se observan importantes daños, en primer lugar se aprecia como otra vez falta parte del brazo y del antebrazo izquierdo de la escultura, y esta vez, si miramos más arriba, observamos como también falta la cabeza de la misma. En la siguiente imagen se ha trazado también de nuevo a grosso modo en líneas rojas ambas zonas desaparecidas:



Ahora nos desplazamos hacia la zona izquierda de su dorso observando lo siguiente:

En primer lugar vemos como la parte posterior de su toga se encuentra totalmente dañada, habiendo desaparecido una parte muy importante de la misma:



Si continuamos prestando atención, observamos grietas en la parte superior de la escultura, afectando a la zona superior de la espalda y antebrazo izquierdo:


Esos mismos daños remarcados en rojo:


En esta ocasión y otra vez podemos observar como también el brazo derecho de la escultura ha desaparecido prácticamente por completo:



Esta vez se observa el resto de la varilla metálica que proporcionaba sujección al mismo aún enlazada a la zona del hombro que sí que se conserva:




Si continuamos descendiendo hasta los pies de esta segunda figura femenina nos encontramos lo siguiente:



Los daños de nuevo son evidentes, partes dañadas y desprendidas de la toga, así como en la base de la columna y en la flor situada justo al lado del pie de la escultura:

Y por último vamos a observar esta figura desde su parte inferior derecha, desde donde podemos ver lo siguiente:



En primer lugar se observa la firma del escutor del conjunto escultórico funerario, se puede leer claramente "P. Ribas":



En segundo lugar se aprecian los importantes daños que la escultura también presenta en esta zona, daños de nuevo en la toga, en su base justo en la zona donde el escultor dejó reflejada su firma y en el pie derecho:



Si nos desplazamos un poco más y observamos desde otro ángulo su pie derecho, vemos como clarísimamente se encuentra dañado toda la zona de su talón, habiendo desaparecido por completo:


Daños en el talón derecho remarcados:



Una vez estudiadas las figuras femeninas representadas en el conjunto escultórico nos centramos en los laterales de la escultura, comenzando por su lateral izquierdo, el cual se encuentra decorado por una corona de flores, una palma y un lazo:


Esta zona también presenta daños, encontrándose afectado el lazo, la palma y el círculo que se encuentra en la parte inferior izquierda:


De nuevo en la siguiente imagen se remarcan las zonas dañadas en rojo:


Si ahora nos acercamos al lateral derecho del conjunto escultórico, observamos en la parte inferior derecha una zona también dañada donde se encuentra un orificio ciego circular:



Fijándonos con atención vemos que es la parte simétrica del acabado inferior del lateral izquierdo, por lo cual su reconstrucción resulta ya muy sencilla. En la siguiente imagen se han comparado ambas zonas para que se aprecie con total claridad:


En el lateral derecho se observa la representación de tres leones:


De manera frontal se observa como la cabeza del león central se encuentra muy dañada

En esta imagen se observan esos daños de manera mucho más clara:



Y aquí de nuevo remarcados en rojo:

Los daños de esta zona del conjunto escultórico no se limitan al león, en su parte superior se observan de nuevo grietas


Si ahora observamos desde el lateral derecho esa zona, vemos como la parte superior agrietada forma parte de la boca y la nariz de lo que parece ser un dragón o serpiente, que está a punto comerse a los tres leones:



En esta zona también se aprecian daños en la escultura, en concreto grietas situadas en el cuello del dragón:



Si nos alejamos un poco más, vemos como en muchos puntos la base del conjunto escultórico está dañada, y que se ha procedido a dar pintura gris oscura sobre grafitis (en lugar de haber procedido a su limpieza profesional como corresponde) y se han desprendido también zonas de la parte inferior vertical del monumento.





En la parte posterior central de la obra escultórica, justo detrás de la columna central. se encuentra una cruz. Toda esa zona ha sido cubierta con pintura gris para tapar grafitis que se habían efectuado sobre la misma, de nuevo una forma totalmente chapucera de reparar una obra de arte de estas características, ya que lo que se debe hacer es eliminar la pintura para devolver a la escultura su imagen original, no pintar encima, porque ahora lo que hay que hacer para realizar una restauración de manera profesional es retirar esa pintura gris y los grafitis que hay debajo de ella.

Para finalizar, hacemos referencia a la placa que se puede contemplar en la escultura y que nos proporciona más datos de su autoría, en la misma se puede leer:

Pelayo Ribas
Sta. Feliciana 11
Madrid.



Este es un ejemplo más del abandono absoluto al que se encuentra sometido el arte en la ciudad de Palencia, como si a los organismos competentes fuese algo que no les importara lo más mínimo, y al igual que en el caso del Cristo del Otero somos de nuevo los ciudadanos los que denunciamos este abandono públicamente, al igual que insistimos en el silencio absoluto de los responsables y de los partidos políticos en torno a la chapuza efectuada en el corazón del Cristo del Otero arrancando las teselas centrales originales que Victorio Macho colocó en el hace 84 años.

Para terminar esta es una reflexión para todos los paletinos y palentinas:
¿Cómo es posible que hayamos permitido que esto pase en nuestra ciudad? ¿Cómo es posible que tengamos verdaderas obras de arte totalmente abandonadas y dañadas? ¿Cómo es posible que se haya permitido la desaparición de elementos patrimoniales y ornamentales que permanecen en la memoria de todos nosotros como pueden ser el templete del Salón o el Arco del Mercado?
Una ciudad que olvida su pasado y destruye su patrimonio y cultura, destruye a su vez su futuro. En manos de todos está poner fin a esta situación y conseguir que Palencia vuelva a ser lo que fue.