lunes, 24 de febrero de 2014

El Motín del Pan en Palencia

“El Motín del Pan”, así fue como se conoció la rebelión popular originada en Castilla en el año 1.856.
Tras la epidemia de cólera que sufrió la zona norte de Castilla en 1.855 y al finalizar la Guerra de Crimea en 1.856, el precio del trigo comenzó a aumentar debido a la escasez de mano de obra provocada por la enfermedad y a la mala cosecha obtenida en ese año.
Al mismo tiempo el precio del resto de alimentos comenzó a incrementarse y en especial el precio del pan, producto esencial para la subsistencia, empeorando a su vez la situación con la subida de impuestos. En Palencia los impuestos indirectos que debían pagar los ciudadanos llegaron a incrementarse hasta un 64%.
Las clases más pobres atribuyeron la subida del precio del pan directamente a la especulación que se producía con el precio del trigo, lo cual provocó que finalmente en 1.856 se produjera el levantamiento popular, comenzando en Benavente y extendiéndose al resto de las zonas de Castilla.
Las personas arrestadas durante el levantamiento fueron juzgadas por tribunales militares sin ninguna garantía procesal.
En esta ocasión quiero relatar los hechos tal y como aparecen reflejados en los textos de los periódicos de la época, pero antes de ello en la siguiente gráfica se muestra la evolución que sufrió el precio del pan. Representa el coste de 2.5 libras de pan (unos 1´150 kg  actuales) expresando el precio en reales de vellón desde el año 1.853 hasta 1.856, observándose en ella la clara tendencia alcista del mismo:



Tras esta introducción procedo a relatar los hechos tal y como fueron reflejados por la prensa de la época:

EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - PRIMERAS NOTICIAS DE LO SUCEDIDO:

"Vamos a consagrar una reseña especial a los acon-
tecímientos horribles de que ha sido teatro cada uno
de los pueblos de Castilla. Veamos lo que ha ocurrido
en Palencia.
Sabedor el pueblo de lo sucedido en Valladolid, los
amotinados se agolparon al canal, e incendiaron tres
fábricas de harina; una de ellas es la que recientemen-
te había edificado el Sr. Cuétara: las otras dos perte-
necían a la empresa del canal, y las tenían arrendadas
los Sres. Ortíz y Ríos.
El primero, que es alcalde de Palencia, ha sido he-
rido. Los sediciosos querían continuar sus empresas
vandálicas; pero al llegar a las fábricas de los señores
San Román y Pajares, las encontraron defendidas por
sus dueños con unos cuantos criados. Trataron, sin
embargo, de arremeter, y habiendo sido recibidos con
una descarga, de que resultaron un muerto y dos heridos,
retrocedieron espantados, y no les quedó gana
de volver. Así sucede siempre que hay hombres de corazón,
dispuestos a no dejarse sojuzgar por la plebe.
Era tal el terror que estos sucesos habían causado en
Palencia, que las gentes honradas se ponían de acuer-
do para defenderse por sí mismas, vista la horfandad
en que les dejaba la autoridad.
El alcalde de Dueñas, villa intermedia en el camino
de Valladolid a Palencia, había quedado cosido a pu-
ñaladas. Los dueños de la fábrica harinera, situada en
aquel punto, estaban sitiados y se defendían a bala-
zos. Al fin los salvó un escuadrón de caballería."


EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - LOS SUCESOS  EN LA CAPITAL:
Todo comenzó el 23 de junio de 1.856. Así lo relataba un corresponsal de prensa en Palencia:

"El desorden comenzó en Palencia a las nueve de la
mañana del 23. En sus tres cuartas partes las turbas
se componían de mujeres, verdaderas fieras, que gri-
taban ¡viva la libertad! Una correspondencia de dicha
ciudad describe así el conflicto:
«El gobernador civil les quiso arengar, y no le escucha-
ron; los alcaldes les prometían pan y no lo querían, y algu-
nos insurrectos decían que era día de bizcochos: siguen las
voces, se lanzan los de la Puebla, marchan en grupos, entran
en las boticas a viva fuerza y sacan botellas de aguar-
ras, y dirigiéndose a las fábricas prenden fuego primero a la
de Cuétara, situada en las Puentecillas, y luego a la de Or-
tiz, el alcalde, a quien se obliga a sustentar el incendio, sin
hacer caso de las reflexiones que les hacía de que si querían
algo que lo cogiesen todo; que echasen mano de cuanto ha-
bía en la fábrica; pero que no lo quemasen, porque nada
adelantarían. En seguida se fueron a quemar la de la Treinta
(no sé todavía si lo habrán hecho), y desde allí se dirigieron
a la de Martínez, y hallándose este allí al frente de la compañía
de granaderos, mandó hacer fuego, y habiéndolo verificado
así cinco ó seis individuos, mataron a uno e hirieron
a dos.
Los amotinados se asperan y se dirigen a quemarle la casa,
y así lo hubieren hecho sino les hubiese persuadido de lo
contrario un dueño de otras casas de la manzana.
Son las siete y media de la tarde: la milicia está sobre las
armas, como la tropa de caballería que hay y la guardia civil:
circulan voces no muy satisfactorias, y se cree que hay
gente incógnita que mueve esta alarma. Lo doy crédito,
porque yo he visto un forastero muy embozado en una taima,
y no de muy buen aspecto.
Cuétara y la familia han salido de la ciudad, y se dice que
también le habrán quemado la fábrica de Calahorra.
Las autoridades han tomado sus precauciones y la milicia
está muy animada.» "


EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - LA DECLARACION DEL ESTADO DE GUERRA:
El 27 de junio de 1.856 se declaró oficialmente el estado de guerra en toda la provincia de Palencia:

"El gobernador militar de Palencia señor de
Senespleda, hizo extensivo a toda la provincia
el estado de guerra el día 27 en estos térmi-
nos: -«Habiéndose manifestado en Saldaña y
otros puntos, síntomas de reproducirse suce-
sos semejantes a los horribles perpetrados en
esta capital el día 23 del actual, estando de-
legado ya el mando en mi autoridad, por la su-
perior civil de esta provincia, he acordado por
disposición del Excmo. Sr. Capitán general
del distrito. 1º. Se hace extensivo a toda la
provincia el estado de guerra en que fue de-
clarada esta capital el día 23 del actual.-2.
Mis bandos publicados los días 23 y 24 del cor-
riente mes en esta capital, tendrán la misma
fuerza y vigor en toda la provincia.-Tanto
este bando como los demás a que se refiere el
artículo anterior, se publicarán u fijarán en
los parajes de costumbre.
-Probablemente será separado del cargo
de gobernador de Palencia el señor Monte-
mayor, quien parece se hallaba de caza cuan-
do estallaron los desórdenes en aquella ciudad."




EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - LAS PRIMERAS DETENCIONES:
Así se relataba el 28 de junio de 1.856:

"Según carta que escriben con fecha del 28 a
nuestro colega Las Novedades, había sido preso
el administrador de correos de Palencia, aña-
diendo, con referencia a rumores públicos, que
dos de los principales promovedores del motín
habían llegado en el carro de la corresponden-
cia pública y hospedádose en casa de dicho
funcionario.
En las causas que se están instruyendo en
aquella ciudad parece resultar que a las muje-
res se las proveyó de grandes varales, a cuyo
extremo iban atadas haces de pajas para comu-
nicar el fuego a las ventanas, y a los hombres
de redomas de aguarrás de dos arrobas. Sólo
así se comprende cómo han desaparecido tan
pronto tres grandes edificios. El alcalde prime-
ro pudo librar su vida, porque llevaba dos pis-
tolas: le hicieron tres heridas, y se teme que quede
manco. Pasan de 20,000 duros el valor de las
existencias quemadas en la fábrica de este ca-
ballero, padre de cinco hijos. Se teme por la
vida del señor Cuétara."

EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - CONTINUAN LAS DETENCIONES:
Carta escrita desde Palencia el 27 de junio de 1.856:

"Una carta de Palencia fechada el
27 dice: «Hay más de ochenta presos: el Con-
sejo de guerra está reunido, y se espera, aun-
que sea doloroso, se hagan algunos ejemplares.
Nos dice uno de nuestros corresponsales:
Palencia 28 de junio.
«A las nueve de esta noche llegó el capitán
general señor Armero, y está hospedado en
casa del señor Cuétara, el que más ha sufrido
en el motín, pues le han quemado una magnífica
fábrica de harinas que acababa de hacer.
No sé si la venida del general y los castigos
convenientes, pues sólo se espera la aprobación
de aquel en las sentencias de muerte, volverá
la tranquilidad a estos habitantes. De todos
y de todo se desconfía, y mejor dicho desconfiamos.
Tal estado es insoportable.
Mañana se espera al señor Escosura. Las familias
de los presos dijeron hoy que venía de
esa un indulto para aquellos. Inmediatamente
de saberse esta noticia se apoderó de la gente
honrada tal indignación, que si saliese cierta, lo
que no espero, habrá mañana algún disgusto.
Digo mañana, porque el correo de esa llega
aquí a hora avanzada, y no se reparte hasta el
día siguiente."

EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - LAS PRIMERAS EJECUCIONES:
Sucedió el 28 de junio de 1.856:


"Palencia 28 junio.
Hoy a las ocho de la mañana han sido pasados por
las armas cuatro de los incendiaros del día 23, cuyo
acto se verificó en el sitio donde se hallaba la puerta
de la fábrica del señor Cuétara, y entre los escombros
calcinados de dicha maquinaria. También se ha dado
garrote a una joven de unos 20 años, y de no muy
buenos antecedentes, la misma que en mi anterior les
decía que había declarado algunos sediciosos, entre los
cuales se asegura que ha sido un sacerdote. Uno de
los fusilados es el estudiante teólogo , Manuel Alejo,
quien ha muerto arrepentido, y en su confesión rectificó
su declaración sobre citas de sujetos que había
hecho de unos por otros; otro que titulaban Mina también
ha muerto muy contrito, pero no así los otros dos
que demostraban lo contrario: en el Molina no es extraño,
porque toda su vida la ha pasado en la cárcel. La
joven Dorotea Santos, cuando la leyeron la sentencia se
desmayó; y cuando entró en la capilla el verdugo, exclamaba:
¡es cierto que me van a matar tan joven como
soy!... El pueblo está aterrorizado, y máxime cuando
se dice que mañana o pasado se verificarán seis ó
siete nuevos escarmientos."

Recreación de las ejecuciones de Carlos Molina, Maximino del Río, Manuel Alejo y Gregorio  Fernández junto a la puerta que daba acceso a la fábrica del Sr. Cuétara, lugar hoy conocido como "Las Once Paradas":

 

EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - LA EJECUCION DE DOROTEA SANTOS:
Ejecución de Dorotea Santos, palentina de 20 años de edad, después de haber sido acusada de ser una de las principales instigadoras del llamado Motín del Pan:

«El gobierno, como ya saben nuestros lectores, ha ajusticiado
en Palencia a una joven de veinte años. Era hija del
pueblo y se llamaba Dorotea Santos. La ley no ha tenido
piedad de la juventud ni de la desgracia de una niña. Fue
criminal, y la justicia no reconoce sexo , edad ni condición.
No pedimos, pues , nosotros contra los que han dispuesto la
muerte de esa infeliz. Lejos de nosotros tal idea. La que ha
espiado sus faltas en el cadalso no se llamaba Cristina , ni
era hija ni madre de reyes , ni un pueblo entero la acusaba
de robos ni de crímenes sin cuento ; era una pobre hija del
pueblo, víctima sin duda , del abandono y la miseria de sus
padres. El gobierno ha cumplido con su deber; ¡ha sido esclavo
de la justicia! «
Recreación de la ejecución de Dorotea Santos a garrote vil junto a las antiguas puertas de Monzón que daban acceso al recinto amurallado de Palencia desde la zona norte, estando ubicadas en la actual Plaza de León:




EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - DISCURSO DEL CAPITAN GENERAL TRAS LAS EJECUCIONES:
Emitido el 29 de junio de 1856:

“He aquí la alocución dirigida a los palentinos
por el capitán general de Castilla la Vieja, de
que hicimos mención en nuestro número de
ayer:
PALENTINOS.—«He venido entre vosotros para hacer
mas rápida la acción de la justicia, que está clamando
contra los vandálicos hechos de que recientemente ha
sido teatro vuestro suelo.
En mi vehemente afán de devolveros la calma, dando
a la propiedad y a las personas las seguridades que merecen,
he procurado con especial ahínco que las causas
instruidas por consecuencia de aquellos llegasen a
pronto término, y que los sediciosos, ladrones e incendiarios
sufrieran cuanto antes las consecuencias de sus
crímenes. Los resultados, ya los habéis visto, no han
dejado esperarse: aprobando de conformidad con mi
auditor la sentencia pronunciada por el consejo de
guerra ordinario contra Carlos Molina, Maximino del
Rio, Manuel Alejo, Gregorio Fernández y Dorotea Santos,
esta acaba de sufrir la pena de muerte en garrote,
y aquellos la de ser pasados por las armas, que son las
que les han sido respectivamente impuestas.
¡Terrible y deplorable es la espiación; pero deplorables

y horribles fueron los delitos por aquellos perpetrados!
Cuando tan villanamente se ve insultada la
sociedad y tan hondamente amenazada en su existencia,
deber sagrado es de los tribunales y de las autoridades
acudir a salvarla con heroicos remedios.
Este deber tengo yo la firmísima resolución de llenarlo
por todos los medios legales, que pueda inspirar
el mas acendrado patriotismo, y para salir airoso en tan
noble empresa, ni un momento dudo que las simpatías
y la más decidida cooperación de parte de todas las
personas honradas vendrán a facilitar la acción de vuestro
capitán general. —Joaquín Armero. — Palencia 29
de junio de 1856«”


EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - CUARENTA MUJERES DETENIDAS:
Tras las primeras ejecuciones prosiguen las detenciones y los Consejos de guerra:

“De Palencia escriben haberse restablecido igualmente la
calma; se han preso algunos de los trastornadores que re-
cibirán el merecido castigo. Estos fueron, según se dice, en
su mayor parte, habitantes del barrio de la Puebla, que na-
da menos trataban de incendiar todas las fábricas esta-
blecidas arriba y debajo de Palencia sobre la línea del canal.
—Palencia 1º. —Una carta de Palencia, fechada el 1º.
dice que no se puede calcular hasta dónde llegarán las jus-
ticias, pues hay aproximadamente 40 mujeres, que con el ma-
yor cinismo y descaro se han confesado autores de robo e
incendio. El día 1º. se celebró Consejo de guerra, y se creía
que habían sido condenadas a muerte siete u ocho personas.”

EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - SEIS NUEVAS EJECUCIONES:
Tuvieron lugar el día 4 de julio de 1.856:

Los fusilados en Palencia el día 4, fueron Víctor Lan-
chares, Santiago Aguado, Juan Calvo, Juan Azconada y
José Valdivieso. La mujer que debió ser agarrotada el 5 se
llamaba Tomasa Bartolomé. Habían llegado siete u ocho pre-
sos procedentes de Ampudia, acusados también de ataques a
la propiedad. El gobernador civil, Sr. Montemayor, dirigió
a sus administrados una alocución con motivo de las eje-
cuciones, y que termina con estas palabras: « harto sensible
y doloroso es, en verdad, a vuestros corazones, como lo es al
mío, ver la sangre española derramada; pero entre el crimen
y la compasión hay un deber más alto que cumplir: la ley.
Ante ella, pues, y acatando sus preceptos, ahoga en el fondo
de su alma dolorida todo otro sentimiento vuestro goberna-
dor civil, que en esa sangre criminal derramada hasta
hoy, el remedio eficaz que se economice y no se vierta a tor-
rentes la preciosa de inocentes e ilusos que, alimentados por
la impunidad, y seducidos por los enemigos de la sociedad,
intentaran seguir el fatal camino que a la espiación y a la
muerte conduce. « .”



EL MOTIN DEL PAN EN PALENCIA - LAS ULTIMAS EJECUCIONES:
La última de ellas fue llevada a cabo el 25 de julio de 1.856:

“Nos dicen de Palencia con fecha 14 de Julio:
« A las once de la mañana ha sido fusilado el incendiario
que atentó contra la vida del alcalde 1º. de esta ciudad du-
rante las ocurrencias del 23 de Junio último. Ya hace días
que vino la aprobación de la sentencia, pero no ha podido
cumplimentarse por falta de tropa, habiendo por fin teni-
do que hacer la descarga un piquete de la Guardia civil,
formando el cuadro pare de la Milicia nacional y un escua-
dron del regimiento de caballería de España, que entró en
esta dos horas antes de la ejecución. Creemos que sea esta
la última que tenga lugar por las ocurrencias del 23, y efec-
tivamente la sangre de trece desgraciados bien puede haber
satisfecho la vindicta pública. Hoy han debido salir para el
presidio otros siete u ocho, y dos de ellos presenciaron la
ejecución con bastante serenidad e indiferencia.
También se ha puesto hoy en libertad al administrador
de Correos que fue de esta capital, a quien, según hemos
oído, se ha absuelto libremente de las graves acusaciones
que contra él se dirigían, y de las que aparece en un todo
inocente. Como tanto ha llamado la atención esta causa,
procuraremos enterarnos del expediente, y si nos es posible
daremos a Uds. todos los pormenores.
—El día 25 fue fusilado en Palencia uno de
los incendiarios; dos de sus cómplices presen-
ciaron la ejecución, y con otros hasta el número
de diez, han sido condenados a presidio por un
término que varía desde un año hasta cadena
perpetua.“

Por último, tras este relato, destacar qué sucedió con lo que inicialmente fue el desencadenante de todo, el precio del pan. En la siguiente gráfica se puede ver resaltado cómo su precio permaneció estable durante el periodo en el que tuvieron lugar las sublevaciones, pero inmediatamente una vez la situación se tranquilizó, el mismo continuó su escalada ascendente de precios:

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